Tres razones para decir No a las represas

[vc_row type=”in_container” scene_position=”center” text_color=”dark” text_align=”left” overlay_strength=”0.3″][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ width=”1/6″][/vc_column][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ width=”2/3″][vc_column_text]

Son muchas y diversas las opiniones que hablan de las represas y de la energía hidráulica como una fuente de energía limpia. Sin embargo, con el paso de los años se han multiplicado las denuncias, protestas y críticas hacia ellas. Aquí una síntesis de tres de sus macroproblemas.

[/vc_column_text][vc_column_text]En general, cuando se habla de alternativas energéticas a los combustibles fósiles, la energía hidroeléctrica aparece entre las opciones. Las opiniones que hablan de sus beneficios, la consideran limpia por usar el agua, un recurso renovable. Esta es la postura de la International Hydropower Association (IHA) con sede en Londres, que destaca la oportunidad que tiene América Latina para liderar estas energías, ya que hoy, las represas generan aproximadamente el 65% de la electricidad de la región.

En la Argentina, también se habla de la hidroelectricidad como uno de los medios para sacar al país de la crisis energética que viene arrastrando desde hace unas décadas. Incluso, en enero pasado, la presencia del Presidente Mauricio Macri en Santa Cruz reforzó el apoyo a ella y a la construcción de dos represas en dicha provincia. “Sin energía no se puede desarrollar nada”, afirmó.

Sin embargo, en un debate que ha arreciado durante los últimos años, los críticos de las grandes represas argumentan que muchas de éstas son monumentos a la injusticia, la corrupción, la desigualdad y el crimen ambiental. Aquí tres de las problemáticas que identifican.
[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_text_separator title=”Derechos Humanos “][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_column_text]Hace décadas que se denuncian violaciones contra los derechos humanos en la construcción de megarepresas en América Latina: desde los desalojos forzados de comunidades indígenas, hasta el asesinato de activistas como Berta Cáceres.[/vc_column_text][vc_column_text]

En junio, el tema volvió a la agenda por unas fotos publicadas en el periódico The Intercept Brasil que muestran a ingenieros de la represa Itaipú Brasil-Paraguay saludando mientras las casas de la comunidad indígena arden en llamas detrás de ellos. Las imágenes, tomadas en julio de 1981, fueron cedidas a la Comisión de la Verdad de Paraná por un ex funcionario que se mantuvo en el anonimato.

En la Conferencia Climática de Naciones Unidas (COP24) que se realizó en diciembre, en Polonia, Jorge Arzamendia, Gerente de Relaciones Públicas, y Eugenia Alderete, ingeniera ambiental de Itaipú Paraguay, reconocieron los problemas socio-ambiental que tienen las hidroeléctricas pero señalaron que “desde que se creó el embalse y se instaló la turbina en 1984 siempre se cuidó lo social, relocalizando y compensando a las comunidades”.

Ahora bien, para Joao Henrique Cerqueira, coordinador de la ONG brasileña Engajamundo, no es inocente que Arzamendia y Alderete “olviden” mencionar lo sucedido en la dictadura tres años antes. “Las fotos de los incendios son el registro documental y la evidencia más reciente del impacto de la construcción de la hidroeléctrica y sus consecuencias llegan hasta hoy”.

La relación entre la empresa y la dictadura de Alfredo Stroessner fue reconocida por la Comisión de la Verdad en un informe donde indica que “la represa de Itaipú es el mayor símbolo de la dictadura de Stroessner y sometió a las poblaciones indígenas a agresiones físicas y psicológicas, asesinatos, empobrecimiento y graves daños socioambientales”.

De todos modos, determinadas prácticas continúan al día de hoy, según denuncian organizaciones locales. “Aún hoy,se utilizan los mecanismos de seguridad nacional para crear un estado de excepción y llevar a la aprobación estos proyectos. En la construcción de la represa de San Manuel, por ejemplo, se pasaron por alto las denuncias en la justicia por un mecanismo que dice proteger el orden económico y el interés nacional. Se terminó pasando por encima de ley”, apunta Brent Millikan de Internacional Rivers, quien también cuestiona que no cumplan con los tratados internacionales que exigen la “Consulta Previa, Libre e Informada” de las comunidades. “Nadie les ha consultado si están de acuerdo o no con la construcción de las represas y esto es una violación de la ley”.

La misma denuncia hace la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), en la Argentina, por la construcción de las mega-represas Cóndor Cliff-Presidente Néstor Kirchner y La Barrancosa-Gobernador Jorge Cepernic en la provincia de Santa Cruz. “Apoyamos a las 14 comunidades Lof Fem Mapu que han presentado un recurso de amparo porque indican que el proyecto ya comenzó y todavía no fueron consultados por la construcción de estas represas. La consulta se debe hacer por ley, es un tratado internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que tiene un estatus similar a la constitución nacional. Esto es la Violación a los derechos de las comunidades”, advierte María Marta Di Paola, directora de investigación de FARN.

Estas denuncias fueron incluidas en un informe presentado por FARN junto a International Rivers y otras organizaciones de cinco países de América Latina, que evalúa el impacto negativo de las inversiones chinas en los Derechos Humanos en América Latina.

[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_text_separator title=”Neutralidad”][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_column_text]Las represas no son climáticamente neutrales indican científicos de la Universidad de Washington (WSU, en inglés) que emplearon un nuevo mecanismo para medir el impacto de los embalses. Concluyeron que las represas hidroeléctricas podrían ser responsables de una gigatonelada de dióxido de carbono equivalente al año, poco más que toda la economía canadiense. Además, las represas interrumpen causes, bloquean la migración de los peces, interfieren con los factores naturales del ecosistema y, en la Argentina, podrían provocar la extinción de una especia autóctona.

El Macá Tobiano es una pequeña ave en riesgo por las represas del río Santa Cruz. Ha sido incluida en la lista de especies en peligro de extinción por la Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza. Como sólo existe en Argentina, anida y se reproduce en el río Santa Cruz, los riesgos de los proyectos de Cóndor Cliff y La Barrancosa son enormes.[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][image_with_animation image_url=”54617″ alignment=”center” animation=”Fade In”][vc_column_text]

Macá Tobiano, ave en riesgo por las represas del río Santa Cruz

[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_column_text]“No consideramos a una gran represas hidroeléctrica como energía renovable porque los daños que implican este tipo de construcciones no tienen nada que ver con la energía limpia. Extinguir una especie y afectación de glaciares no tienen que ver con energía renovable”, agrega Di Paola.
Los proyectos en Santa Cruz, además, interrumpirán el cauce del río Santa Cruz poniendo en peligro el campo de hielo Patagónico Sur, la masa de hielo continental más grande del mundo, después de los polos. “Más de 14 glaciólogos internacionales han manifestado la necesidad de mejorar los estudios para confirmar que no hay impacto sobre los hielos patagónicos”.

Incluso Naciones Unidas puso un límite a cuán limpia es la energía hidroeléctrica. En la décima versión del informe “Tendencias globales en inversión en energías renovables” excluye de la lista de renovables a los grandes proyectos hidroeléctricos de más de 50 megawats, especialmente “las inversiones en grandes represas”.[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_text_separator title=”¿Un buen negocio?”][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_column_text]

Las represas son costosas y no duran para siempre, dice la Universidad de Oxford en un estudio que demuestra que, debido a errores de planificación, problemas técnicos y a la corrupción, estas experimentan sobrecostos de un 96 por ciento.

Además, tarde o temprano los embalses se obstruyen, y el costo de mantenimiento de las represas se vuelve mayor que sus beneficios. Según Naciones Unidas la “vida útil” de las represas es de sólo 50 años.

En proyectos, como los de Santa Cruz, cuestan $us. 4.7 mil millones, esta longevidad supone una mala inversión. La de Santa Cruz es la inversión más grande de China en proyectos hidroeléctricos fuera de su país y supone una deuda de varias décadas.

Por otra parte, las represas no garantizan empleo local dice el informe “Falsas Promesas” de FARN. “El impacto benéfico es sólo transitorio y se produce en la fase de construcción de la represa. Un análisis de inversiones hidroeléctricas chinas en otros países muestra que la cantidad de empleo local generado luego es mucho menor que el trabajo chino que se instala en el territorio”, explica el texto.

[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”30″][vc_column_text]Articulo publicado originalmente en: https://www.cronista.com/apertura-negocio/empresas/Los-grandes-proyectos-hidroelectricos-en-la-mira-20190211-0011.html#[/vc_column_text][/vc_column][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ width=”1/6″][/vc_column][/vc_row]

Maria Julia Arana
María Julia Arana is an online journalist specialized in Sustainable Development and Climate Change. As a correspondent for ComunicarSe, she has covered international summit such as G77+China Summit in 2014; UN General Assembly in 2016; COP 24 in Poland in 2018; and COP25 in Spain 2019. She is passionate about audiovisual art and won Buenos Aires’ Young Art Biennial in 2015. She intends to expand her work on UN Sustainable Development Goals, climate change, and the interaction with the private sector. She is also interested in immigrants’ rights as well as all forms of discrimination.