Argentina en la COP25: elogios, ambición y una semana de mandato

En la apertura de la COP25, el Presidente argentino Mauricio Macri elogió las políticas ambientales de su mandato y apuntó al futuro. Sin embargo, el saldo en materia ambiental resulta negativo y su presidencia expira en una semana. Muchas son las incógnitas que pesan sobre la apuesta de Argentina: ¿quién presidirá el máximo cargo en Ambiente? ¿qué pasará con Vaca Muerta? ¿en qué quedó la emergencia climática ¿Hacia dónde vamos?

Créditos: Reuters.

EL DISCURSO DE MAURICIO MACRI

El Lunes Mauricio Macri dió un breve discurso durante la reunión de Jefxs de Estado en la COP25. En tres minutos hizo un breve repaso por su gestión ambiental, sobre todo subrayando sus logros: el incremento de producción de energía renovable, la ratificación del Acuerdo de París y la creación de una secretaria de cambio climático transversal a la generación de políticas públicas. 

“Una de las primeras acciones internacionales que tomé fue la firma del Acuerdo de París. Y a los pocos meses lo ratificamos y fuimos el primer país en presentar una revisión de nuestra contribución determinada a nivel nacional. Creamos un gabinete nacional de cc en el que participan gobiernos locales, el sector privado y representantes de los trabajadores, la academia y la sociedad civil…”

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Intervención de Mauricio Macri en la Asamblea de Jefxs de Estado. Si no puedes verla en el sitio puedes acceder a ella aquí.

las contradicciones del presidente

Si bien hay que reconocer el esfuerzo de quienes forman parte de la secretaria de cambio climático, la voluntad política de la gestión de Mauricio Macri fue contraria a esos objetivos, sobre todo en relación a sus intereses fósiles, agroindustriales y mineros.

Durante los cuatro años de su gestión, el Gobierno nacional intentó ir contra la Ley de Glaciares y las familias vinculadas a la gestión hicieron lo posible por inclumplir la Ley de Bosques. Quitó las retenciones a las megamineras en sus primeros días de gestión y avaló el uso de agrotóxicos y fumigaciones a metros de escuelas rurales. Y además de todo eso, impulsó el desarrollo del megaproyecto fósil Vaca Muerta, a pesar de que las compañías frackeras quiebran en Estados Unidos y los números no cierran en Argentina sin un gran desembolso de subsidios estatales. 

Según el último informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), basados en datos oficiales, la fundación identificó un total de $307.136 millones en subsidios energéticos para el 2020. Según la misma organización, para el mismo año “el monto en subsidios energéticos duplica el de la Asignación Universal para la Protección Social; superan en un 25% lo destinado a las universidades nacionales, y el gas subsidiado para 2020 equivaldría al 4% del total de emisiones de gases de efecto invernadero de Argentina.”

El término de Mauricio Macri vence el 10 de Diciembre. A partir de entonces, será Alberto Fernández quien esté al mando de la presidencia. ¿Qué hará? Veamos.

¿QUÉ TRAERÁ ALBERTO FERNÁNDEZ?

Los augurios no son los mejores si debemos guiarnos por las políticas ambientales de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Recordemos que durante ese periodo de tiempo, se dio impulso a la compra de YPF para el posterior acuerdo con Chevron, se impulsó la megaminería a cielo abierto y se afianzaron los lazos con las compañías de agrotóxicos.

Pero Alberto Fernández busca ir más allá en cuanto a los combustibles fósiles. En las últimas semanas, el principal rumor que ha circulado es el que viene de la mano de Guillermo Nielsen y un polémico proyecto de ley que sería presentando y aprobado en los primeros días de gestión. En este, se prevé blindar Vaca Muerta frente a futuros gobiernos, buscando favorece impositivamente a las compañías transnacionales y buscando fomentar la producción de gas para la exportación. 

Sería una lamentable continuidad a los fósiles, iniciada durante los años 90, fomentada durante la década kirchnerista, propulsada en los años de macrismo y que no frenaría en este nuevo período con Alberto Fernández como presidente. 

En términos ambientales y climáticos, la noticia del blindaje a Vaca Muerta es muy mala. Según el nuevo informe “El petróleo, el gas y el clima”, presentado ayer en la COP25, “si el proyecto de fractura hidráulica de Vaca Muerta recibe la inversión en infraestructura y el apoyo del gobierno para una expansión continua, las emisiones acumulativas asociadas a él se cuadruplicarán para 2050, superando los 8 Gt CO2 en total”. Vaca Muerta va a contramano de la ambición climática. 

SOLO PIERDE QUIEN SE RINDE

Si bien todo apunta a que habrá una falta de priorización de la política ambiental en la nueva gestión, en los últimos meses miles de personas se han movilizado contra crisis climática. Incluso, la justicia social ha sido incorporada al mundo ambiental bajo la frase “justicia climática es justicia social” y que puede oírse en las manifestaciones y en la bandera del grupo Alianza por el Clima. 

Aún más, ha habido dos logros populares: una declaración del Senado sobre la emergencia climática y ecológica, y una Ley de Presupuestos Mínimos para la Mitigación y Adaptación al Cambio Climático. Esta última resultará instrumental para poder efectivizar políticas públicas. Ambas fueron logros de las movilizaciones y la presión de grupos juveniles durante meses en el Congreso de la Nación.

Todo apunta a que desde el Gobierno nacional no habrá voluntad política para los temas de justicia climática, pero las movilizaciones juveniles ya lo dijeron: más temprano que tarde toda política extractiva y todo político que las impulse será relevado por quienes actúen en consonancia con las necesidades socioambientales.